Brad Sigmon había sido sentenciado a muerte por matar, a golpes con un bate, a los padres de su expareja en 2001. Debía optar entre la tétrica silla, la inyección letal o el pelotón de fusilamiento: tres voluntarios le dispararon a través de una rendija. «La muerte de Brad fue horrible y violenta, un espectáculo sangriento», se quejó su abogado. Leer más
ELIGIÓ LAS BALAS ANTES QUE LA SILLA ELÉCTRICA: FUSILARON A UN REO DE 67 AÑOS EN CAROLINA DEL SUR
