El ultraderechista Jair Bolsonaro, candidato a la Presidencia de Brasil y líder en las encuestas de intención de voto, prometió hoy en redes sociales «extinguir» y «privatizar gran parte» de las empresas estatales del país, si gana las elecciones del 7 de octubre próximo.
«Asumí el compromiso de reducir el número de ministerios y extinguir y privatizar gran parte de las (empresas) estatales que hoy existen», escribió el aspirante del Partido Social Liberal (PSL) desde el hospital en el que se recupera de la puñalada que recibió el pasado día 6 durante un mitin electoral.
Según Bolsonaro, los recursos que se destinan a las compañías públicas y un alto número de ministerios son «gastos innecesarios» que deben destinarse para «atender a la población».
Asimismo, rechazó los «acuerdos» políticos que negocian «cargos» en las estatales «a cambio de apoyo», algo que, a su juicio, se combatiría con la privatización de las mismas.
El capitán en la reserva del Ejército, un nostálgico de la dictadura militar (1964-1985), abandonó ayer la unidad de cuidados semiintensivos y fue trasladado a planta en el hospital Albert Einstein de Sao Paulo.
Según el último boletín, divulgado este domingo, Bolsonaro presenta una «buena evolución clínica», hoy inició una «dieta leve» y le fue retirado el drenaje colocado el pasado jueves en el abdomen tras detectarle un cúmulo de líquido residual.
«Permanece sin dolor, sin fiebre, ni otras señales de infección. No tiene disfunciones orgánicas y los exámenes clínicos están estables», indicó el equipo médico, según informó la agencia EFE.
Bolsonaro espera recibir el alta médica a finales de mes, aunque descarta volver a hacer campaña en las calles o asistir a los debates televisados antes de las elecciones el 7 de octubre.
Dos sondeos divulgados esta semana confirmaron al candidato ultraderechista como el máximo favorito para los comicios con un 28 por ciento de las preferencias.
Le sigue Fernando Haddad, el sucesor del encarcelado ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva como candidato del Partido de los Trabajadores (PT) y a quien las encuestas le atribuyen entre el 16 y el 19 por ciento de las simpatías.
De confirmarse esas expectativas y ninguno supera el 50 por ciento de los votos, ambos candidatos se medirían el 28 de octubre en una segunda vuelta, para la que los sondeos prevén un empate técnico.