Dos agrupaciones de sobrevivientes y familiares de víctimas de la masacre de Cromañón informaron hoy que una de las sobrevivientes del ataque incendiario de lesboodio perpetrado por un hombre contra cuatro mujeres en Barracas, es también una sobreviviente de la masacre de Cromañón de la que este año se cumplen dos décadas.
Se trata de Andrea Amarante (42), quien según fuentes policiales se encuentra internada con “asistencia respiratoria mecánica” en estado crítico y “pronóstico con probabilidades de muerte”
“Andrea es sobreviviente de Cromañón y en este momento se encuentra internada en el Hospital Penna, peleando por su vida, en coma y con el 75% del cuerpo quemado”, postearon desde la Coordinadora Cromañón.
Pero además “no fue un accidente” dado que “un vecino lanzó una bomba molotov a la habitación de la pensión donde dormía junto a su compañera y otra pareja en Barracas”.
La necesidad de una ley
“Ayer víctima de la tragedia de Cromañón, hoy de un ataque lesbodiante, y mientras tanto de un Estado ausente que le da la espalda”, agregaron.
En ese sentido, puntualizaron que “Andrea no es parte del padrón de víctimas que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires creó en el año 2005” y que “reconoce solo a 1600 personas como sobrevivientes, es decir, menos de la mitad del total”.
“Andrea no percibió ayuda económica y tampoco es beneficiaria del Programa de Salud para víctimas de Cromañón. Andrea estaba en situación de calle y dormía donde podía. Veinte años después, a Andrea se le hicieron realidad todos los miedos y pesadillas”, plantearon.
“¿Se entiende por qué necesitamos una ley definitiva, que incluya a todas las víctimas de Cromañón? ¿Dónde creen que están todos aquellos y aquellas sobrevivientes que quedaron fuera de la ley? Pueden empezar buscando en pensiones que se caen a pedazos, viviendo al día, hacinadas en piezas que no tienen ni cerradura, pueden encontrarlas obligadas a convivir con todo tipo de violencias”, dijeron.
En esa línea, argumentaron que “si Andrea hubiera sido parte de la Ley de Reparación Integral, probablemente, hubiera tenido la oportunidad de acceder a un techo digno y seguro” donde un ataque como el sufrido, no habría desencadenado lo que desencadenó.
“Eso es lo que pedimos. De eso se trata, la posibilidad de vivir una vida libre de violencias”, concluyeron, junto al hashtag “#NosPasóATodxs” y “#Cromañón20años”
En tanto, el Movimiento Cromañón remarcó también esta doble victimización en un posteo titulado “Justicia por Pamela, Andrea, Mercedes y Sofía. Basta de Crímenes de Odio”.
“El lunes 6 nos despertamos con la noticia de este crimen atroz que -nuevamente- padecen mujeres, mujeres de la comunidad LGBTIQ. Un hombre, hijo sano del patriarcado, sin más motivación que el odio, arrojó con premeditación una bomba molotov dentro de la habitación donde convivían 4 mujeres. Las condiciones Cromañón de muchas viviendas de la ciudad (ausencia de matafuegos, niveles de hacinamiento) hicieron el resto”, plantearon.
“El carácter espantoso de este crimen no es un fenómeno individual, producto de una cabeza desquiciada: hay un clima social que se fogonea desde el poder político, de intolerancia, marginación y desconfianza hacia el otro, la otra, le otre no sólo por existir, sino por ser distinto a lo que el heterocispatriarcado exige de las personas”, agregaron.
El pedido urgente
Posteriormente, exigieron “justicia para Pamela (asesinada en el acto), para Mercedes, Sofía y Andrea -sobreviviente de Cromañón-, quienes pelean por su vida.
“Queremos decir que Andrea muchos no la conocíamos, pero merece todo nuestro abrazo en nuestro afecto y el cuidado que el Estado no le dio en su vida”, dijo a Somos Télam Silvia Bignami, madre de una víctima de Cromañón
“Y no la conocemos porque los sobrevivientes de Cromañón son muchos más. Calculamos más de 4.500. Es tremendo pensar en un país donde las personas y en particular las personas jóvenes tienen que pasar por más de una masacre en su vida. Es tremendo, ¿no?”, agregó.
“Los discursos de odio tienen efectos concretos”
En la madrugada del lunes un adulto mayor atacó con un dispositivo incendiario la habitación donde dormían dos parejas de mujeres, que eran sus vecinas de un conventillo de Barracas donde todos vivían.
Se trata de Justo Fernando Barrientos de 68 años, quien luego de agredir a sus vecinas intentó quitarse la vida autoprovocándose cortes en el cuello con una sierra, según fuentes policiales.
No obstante, el agresor ya fue dado de alta y sigue detenido.
Como resultado del ataque, una de las mujeres perdió la vida y otras dos permanecen internadas en grave estado con más del 50% del cuerpo quemado, según fuentes policiales.
La víctima fatal es Pamela Cobas de 52 años, mientras que luchan por su vida Mercedes Figueroa (52) y Andrea Amarante (42) en el Hospital del Quemado y Hospital Penna, respectivamente. La cuarta persona atacada en la habitación del segundo piso de Olavarría 1621 es Sofía Castro Riglos (49), quien cursa “una evolución favorable, responde bien a las curaciones, quedando en observación hasta mañana”; pero que aún no pudo prestar declaración.
Al momento del incendio, unas 30 personas debieron ser evacuadas de este edificio de tres plantas e inicialmente fueron seis los hospitalizados.
La causa fue recaratulada como “homicidio” y la investigación está a cargo del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 14 a cargo del juez Edmundo Rabbione.
Organizaciones y referentes feministas y de la diversidad sexual calificaron como “uno de los crímenes de odio más aberrantes de los últimos años” el sufrido ayer por dos parejas de mujeres en una pensión del barrio porteño de Barracas que terminó con la muerte de una de ellas y otras dos en estado crítico, y vincularon esta agresión perpetrada por un vecino que intentó prenderlas fuego mientras dormían, como una muestra de que “los discursos de odio tienen efectos concretos”.