Eduardo Walas, dueño de Churrería Piluso, informó que en el mes de enero vendieron un 20% de lo que aproximadamente suelen vender, y que si bien en su caso tuvieron menos churreros, cada uno de ellos vendió un 30% respecto al año pasado. Aún así, considera que es mejor mantener el local abierto y poder trabajar.
«Es impresionante lo que subieron las cosas, de $600 y pico que pagábamos el dulce de leche el año pasado, este año pagamos $1000 y pico, y lo mismo pasó con otros insumos como el aceite y los servicios», dijo Eduardo, que aún así dijo que intentó no subir los precios de sus productos en el mismo porcentaje que aumentó la materia prima.